Sonoras
son las claves de tus besos.
Espejo
que me mira y no me toca.
Reflejo
de miradas de tu boca,
que
nublan los dolores, de embelesos.
Suspiros
que renuncian por confesos
la
carga, de mis días y mi llanto.
Susurros
de la tarde sin excesos.
Murmullos
del ocaso, inconfesos,
me
llaman a buscarte sin espanto.
Negada,
necesito los regresos.
Nublados
al oriente los sucesos.
Seremos
las espadas sin fortuna
que
nacen sin aromas en la cuna,
Amado,
nos confunden por posesos.-
Amalia Lateano
Mayo/ 2014
@Derechos Reservados